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Desayuno con sabor a Monje

 

Información básica

  • Horario: El restaurante-terraza está abierto de 10:00 a 18:00 horas todos los días excepto los lunes. Para cualquier otra visita, la bodega abre sus puertas todos los días de 10:00 a 19:00 horas.

 

  • Precio: 7,95€-12,95€ por persona (dependiendo de la opción de desayuno).

 

  • Duración: 3 horas

 

  • Contacto Bodegas Monje: +34 922 58 50 27

 

  • Ubicación: Camino Cruz de Leandro, 36 // 38359 El Sauzal.

Descubre el álbum completo de la experiencia aquí:

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  Llegar a la bodega es sencillo. Uno tiende a pensar que en estos nortes solo caben rincones escondidos, curvas interminables y subidas pronunciadas. Pero abandonamos la autopista y enseguida vimos, a nuestra derecha, una antigua casona color teja esperándonos para desayunar. La verdad es que entrar y pasear en silencio ya es toda una experiencia. 

 

  “¿Tienen hambre?” Llegamos con la disposición de desayunar, pero sin demasiado apetito. Bastó con abrir el portón del restaurante y respirar aquel cálido olor. El cochino negro se cocina al horno de piedra desde primera hora para el servicio de desayunos, con lo que el aroma inunda completamente el restaurante. Elegimos el número 4 (Teide desde La Hollera), que está compuesto por: zumo de naranja, surtido de panes, mermeladas caseras y mantequilla, un montadito de cochinillo negro, surtido de quesos, una copa de vino joven de la bodega, café o infusión y un dulce de hojaldre tradicional del Realejo (Dulces de Doña Mercedes).

 

  A parte de que el desayuno es exquisito, estar allí sentado es extremadamente agradable. Se puede disfrutar de la experiencia dentro del restaurante o en la terraza, pero desde ambos se aprecian las vistas al viñedo. Un detalle que nos llamó la atención fue la buena selección de música y lo acertado del volumen. Al menos para nosotros, amantes de lo viejo y lo nuevo con sabor añejo. Daydreamer, de Adele, sonaba pausada en aquél precioso restaurante mientras contemplábamos, en silencio, un gran árbol solitario en medio de los viñedos. Bailando al compás del viento. 

 

  En cuanto al desayuno, las mermeladas que tomamos eran una de kiwi y otra de mango y maracuyá. El montadito de cochinillo negro se sirve con fritura de chayota, sal de tintilla, cabello de ángel y un sabroso crujiente. Con respecto al vino, nosotros pedimos uno tinto y otro rosado. El tinto es un vino joven de maceración carbónica (Hollera), que olimos por más de un minuto. Absolutamente increíble. Y el rosado es Bibiana, una joven de listán negro color rubí.

 

  Tras el desayuno, Tania, la guía, nos mostró la bodega y sus viñedos. A la bodega se accede por un portón antiquísimo de madera que parece ser solo morada de telarañas y recuerdos. Despertó nuestra curiosidad desde que llegamos y cuando abrimos la puerta…guau! Ahí estaba, la zona más antigua de la bodega, un rincón en el que abstraerse con suelos adoquinados y barricas enormes de madera. La visita es un paseo por la historia. Comenzamos a descender pisos hacia la innovación, desde la parte más antigua hasta la de última construcción: la sala de exposiciones de arte y la sala de catas, que es donde se celebra su reconocido Wine&Sex.

 

  En palabras del propio Felipe, "aquí hacemos hasta vino, a veces". Hay tanto que ver, tantos rincones en los que desaparecer... Hablar de Monje es hablar de arte y basta con entrar en cualquier estancia para comprenderlo. En definitiva, desayunar en la bodega de la familia Monje es una experiencia enogastronómica completísima, que engloba historia, patrimonio, naturaleza, vino y gastronomía en un entorno natural inmejorable ¿Te la vas a perder?

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